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El auge en asistentes digitales con voz

La sensación de querer estar acompañados se verá como una consecuencia de los lapsos de tiempo que muchas personas tuvieron que pasar solos desde sus casas por el confinamiento mundial debido al covid-19. Las empresas tecnológicas han desarrollado un asistente digital que permite mantener una comunicación fluida con los humanos.

Previo al cambio de siglo, con los nuevos avances tecnológicos, la posibilidad de integrar asistentes de voz comenzó a tener más sentido y más viabilidad operacional. Compañías de Tecnología como IBM siguió insistiendo en sus computadores, pero también en los primeros celulares que desarrollaban por esos días, como fue el caso del IBM Simon, en 1994. De la mano con ello, también comenzaron a aparecer los primeros softwares de digitalización de voz, capaces de transcribir a texto –cuando funcionaban correctamente– hasta 100 palabras por minuto.

Ya en este milenio, el reconocimiento de voz comenzó a estar presente en múltiples plataformas de mensajería instantánea, como fue el caso del MSN Messenger de Microsoft. Ejecutaban órdenes sencillas, sin duda, pero fueron los antecesores de los asistentes más evolucionados que conocemos hoy en día.

Y fue Apple la que primero integró un asistente de voz, en octubre del 2011 Siri debutó como una de las características del iPhone 4S. Con asistencia vía comandos de voz a realizar llamadas, enviar mensajes de texto, revisar el clima o programar una alarma. Años después en el 2014 Amazon anunció a Alexa, su actual asistente digital. Y en mayo del 2016, Google presentó su propio asistente que, curiosamente, no cuenta con un nombre de fantasía.

La integración de estos asistentes de voz con distintas apps y servicios, han sido fundamentales para lograr una usabilidad y una ayuda doméstica que va mucho más allá de simplemente reproducir una canción o saber cómo está el clima.

La base de estas aplicaciones radica en el concepto de “procesamiento natural de lenguaje”, campo de la computación y la lingüística que comenzó a ser desarrollado desde los años cincuenta por el mismísimo Alan Turing. Varias décadas después, la inteligencia artificial y la técnica del machine learning se han encargado de perfeccionar los sistemas de reconocimiento de voz, que cada vez ofrecen más posibilidades. Tanto, que más allá de que estén disponibles de manera nativa prácticamente en cualquier smartphone, el concepto ahora ha pasado a nuestros vehículos y también a nuestras casas.